18. Cxf7! El blanco aprovecha la debilidad táctica que supone la posición inestable de las piezas negras. 18. Cgxe4 Af5! y el negro no está mal. 18... Rxf7 19. Cxd5 Cg5 El blanco no tiene otro modo de salvar momentáneamente la pieza: 19... Cf6 20. Axf6 Axf6 (20... gxf6 21. Dxh7+ Rf8 22. Cf4+-) 21. Cxf6 gxf6 22. Dxh7+ Rf8 23. Tfd1 y el blanco recupera la pieza con ventaja decisiva, ya que si 23... Te7 24. Dh6+ Re8 25. Ad5+- 20. Ab2! Cb5 21. Tad1 A primera vista es difícil creer que el negro no pueda mantener su pieza de ventaja sin recibir mate... Aquí surge la duda de siempre: ¿qué torre debemos llevar a d1? 21. Tfd1 21... Af8 Tras la más dura 21... Rg8 el blanco puede aprovechar la mala posición de las piezas negras con 22. Cf4! (Seguramente, el blanco tenía previsto 22. a4 Cd6 23. Cxe7+ Dxe7 24. Dxd6 Axa4 , y entonces la torre estaba mejor en a1...) 22... Cd6 23. Dc3 Af6 (23... Af8 24. Txd6) (23... Cf5 24. e4) 24. Db3+ Ae6 25. Cxe6 Cxe6 (25... Txe6 26. Axf6 gxf6 27. Ad5 De7 28. f4) 26. Axf6 gxf6 (Con la torre en a1, la idea fracasaría por 26... Dxf6) 27. Db4+- 22. h4 Ce6?! 22... Ch3+ 23. Axh3 Axh3 24. Dxb5+- 23. Dxh7+- Ad6 24. Td3 24. Af3 es aún más contundente, con la imparable amenaza Ah5. 24... Th8 24... Ced4 prolonga la agonía. 25. Tf3+ Af4 26. Txf4+ Cxf4 27. Dxg7+ con mate seguido. 1-0 [Bernal L.]